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La ansiedad constituye un elemento central en psicopatología, ya que se trata de un componente presente en la mayor parte de los trastornos psicológicos y psicosomáticos. Las investigaciones epidemiológicas y clínicas demuestran que los denominados trastornos de ansiedad representan el problema mental más frecuente entre todos los trastornos psiquiátricos, y por tanto, es el motivo principal de consulta psicológica y psiquiátrica.

 

El estado de ansiedad se define como una reacción emocional que consiste en sentimientos de tensión, aprensión, nerviosismo y preocupación, así como activación o descarga del sistema nervioso autónomo. 

 

Una propiedad importante de la ansiedad es su naturaleza anticipatoria (capacidad de anticipar o señalar un peligro o amenaza para el propio individuo). Eso confiere a la ansiedad un valor funcional importante ya que posee una utilidad biológica-adaptativa. Esta utilidad se convierte en desadaptativa cuando se anticipa un peligro irreal. Así la ansiedad puede ser entendida bien como una respuesta normal o bien como una respuesta desadaptativa lo que se conoce como “ansiedad patológica”.

 

Desde hace bastante tiempo se conoce que la ansiedad implica al menos a tres componentes: subjetivo, fisiológico y motor.

 

1. Subjetivo-cognitivo: es el componente relacionado con la propia experiencia interna. Incluye un amplio espectro de variables relacionadas con la percepción y evaluación subjetiva de los estímulos y estados asociados con la ansiedad (pánico, alarma, inquietud…) La persona con ansiedad experimenta subjetivamente un estado emocional desagradable, cualitativamente diferente de la ira y tristeza y semejante a la experiencia conocida comúnmente como miedo.

2. Fisiológico-somático: la experiencia de ansiedad suele acompañarse de un componente biológico. Los cambios fisiológicos más característicos consisten en un incremento de la actividad del sistema nervioso autónomo, tanto cambios externos como internos, pertenecientes a funciones corporales que pueden ser controladas voluntariamente o a funciones involuntarias o parcialmente voluntarias. La experiencia subjetiva percibida suele ser molesta y desagradable, pudiendo contribuir de esta manera a conformar el estado subjetivo de ansiedad.

3. Motor-conductual: corresponde a los componentes observables de la conducta que fundamentalmente hacen referencia a las respuestas instrumentales de escape y evitación.

 

                                            GABINETE DE PSICOLOGÍA Y ORIENTACIÓN

Francisco J. Saucedo Fernández

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